NO PLACE FOR FEELINGS.
cambio patata por corazón
02 febrero, 2011
09 enero, 2011
LLOVÍA
Llovía. Llovía. Llovía. Llovía. LLOVÍA. llovía. Llovía. Llovía. Llovía. Llovía. Llovía. Llovía. Llovía. Llovía. Llovía. LLOVÍA. Llovía. LLOVÍA. Llovía. Llovía. Llovía. Llovía. llovía. Llovía. Llovía. Llovía. LLOVÍA. llovía. Llovía. Llovía. Llovía. LLOVÍA. Llovía. LLOVÍA. Llovía. llovía. Llovía. Llovía.
Y sigue lloviendo.
Aunque no te guste. Aunque suene la canción más alegre del momento. Aunque no lleves paraguas. Aunque no haya nubes. Aunque no tengas miedo a que se te rice el pelo. Aunque sea primavera, verano. Aunque estés enamorado.
Sigue lloviendo. Aunque no lo veas. Pero lo oyes, lo hueles, lo sientes.
Todo sabe a lluvia hoy.
Y sigue lloviendo.
Aunque no te guste. Aunque suene la canción más alegre del momento. Aunque no lleves paraguas. Aunque no haya nubes. Aunque no tengas miedo a que se te rice el pelo. Aunque sea primavera, verano. Aunque estés enamorado.
Sigue lloviendo. Aunque no lo veas. Pero lo oyes, lo hueles, lo sientes.
Todo sabe a lluvia hoy.
21 octubre, 2010
Arnas estuak kale ilunean, pixa usaindun kale estuan. Elkarren konpainia nahikoa zuten etsai guztiei aurre egiteko, baita lekurik nazkagarrienak atsegin bihurtzeko ere.
Hotza arnas estu haiek izoztuz agertu zen, biek ke zurixka zeriotela ahotik. Beroa ezin ikus zitekeen, baina bai igarri, antzeman, sentitu.
Kamiseta barrutik eskua sartu ordurako, neskaren azalak erantzun egin zuen, bai taktuaren goxotasunagatik baita tenperatura baxuaren eraginez ere. Oilo-ipurdi bolada batek astindu zuen bere gorputz argala, oinetatik hasi eta bururaino.
Betiko txokoak ez zirudien leku aproposa egun haietarako. Udako gau zoragarri asko eman zituzten han, bai, baina azaroa ez zen beraietaz errukitu eta kale izkinari epeltasuna xurgatu zion bortizki, gupidarik gabe.
Barrualdeak erropaz askatzeko eskatzen zien, hantxe bertan, arin eta etenaldirik gabe. Neska, ordea, dardaraka ari zen jada, eta ez plazerragatik hain zuzen ere.
Eskuak elastiko azpitik atera eta gogor estutu zuen mutilak neska bere bularrean, inguruko hotzetik babesteko.
Pasio adierazpen guzti horren atzean, ostera, malgutasuna galtzen ari zen maitasuna ezkutatzen zen. Hasierako gogo guztiak higatuak ziruditen eta errutina menpeko erlazio batean erortzen ari ziren, erosotasun hutsagatik aurrera egiten zuena.
Ez zen hori beraiek hasiera batean espero zutena; etorkizunera begira egindako planek ez zuten errutina barne hartzen, abentura, emozio eta sentimendu hutsak baizik.
Gauetan oheak bero jarraitzen bazuen ere, hotza zen errealitatea handik irtetzean.
Neskak ere mutila besarkatu zuen, gerritik estu-estu eginda, amaiera usainak pixa usaina ordezkatzen zuen bitartean.
06 octubre, 2010
de Colores
Nunca pudo ver los colores y de no haberle enseñado a que los echara de menos, no lo hubiera hecho. Pero Lucía se ocupo de describírselos; sentía que ella tenía una de las claves para que su vida dejara de ser tan lineal. Tan negra. Tan opaca.
Lucía dedicaba parte de su tiempo con él a enseñarle a qué huele cada uno, qué se siente al tocarlos, que sonidos o ruidos desprenden, a asociarlos a persona u objetos. Incluso a asociar cada color a distintas canciones. Porque los colores tienen alma, le decía, y los que creen que no van más allá de la vista se equivocan. Lucía le enseñó que su ceguera no era impedimento para conocer los colores.
El amarillo olía igual que el olor que se adueñaba de la atmósfera de su cocina cuando Lucía y él usaban el horno. El azul sonaba a canciones de U2; el verde a The Killers. El gris era áspero, mientras que el morado era un color suave. El marrón le recordaba a su padre. El naranja desprendía calor, pero el rojo aún más. Y el negro era silencio, el silencio de la vista y de la imagen.
Gracias a Lucía supo que, aunque no pudiera verlo, el líquido que bajaba desde su entrepierna no era amarillento, sino rojo. Aquello parecía una despedida definitiva… ¡y él sin tiempo para confesarle que la quería! Sin tiempo para agradecerle el haber sido su sol durante su nocturna vida…
Sin tiempo para agradecerle el haber desprendido rayos de luz tan intensos que hasta los ciegos los percibían…
para Wendi ;)
Lucía dedicaba parte de su tiempo con él a enseñarle a qué huele cada uno, qué se siente al tocarlos, que sonidos o ruidos desprenden, a asociarlos a persona u objetos. Incluso a asociar cada color a distintas canciones. Porque los colores tienen alma, le decía, y los que creen que no van más allá de la vista se equivocan. Lucía le enseñó que su ceguera no era impedimento para conocer los colores.
El amarillo olía igual que el olor que se adueñaba de la atmósfera de su cocina cuando Lucía y él usaban el horno. El azul sonaba a canciones de U2; el verde a The Killers. El gris era áspero, mientras que el morado era un color suave. El marrón le recordaba a su padre. El naranja desprendía calor, pero el rojo aún más. Y el negro era silencio, el silencio de la vista y de la imagen.
Gracias a Lucía supo que, aunque no pudiera verlo, el líquido que bajaba desde su entrepierna no era amarillento, sino rojo. Aquello parecía una despedida definitiva… ¡y él sin tiempo para confesarle que la quería! Sin tiempo para agradecerle el haber sido su sol durante su nocturna vida…
Sin tiempo para agradecerle el haber desprendido rayos de luz tan intensos que hasta los ciegos los percibían…
para Wendi ;)
15 junio, 2010
Aita
Papá, que era escritor, siempre me dijo que sentimientos como la tristeza, melancolía o nostalgia eran los únicos capaces de alimentar buenos textos. Y yo, tonta de mí, me sigo pellizcando cada vez que intento vaciar mi alma delante de un folio blanco. Pero es un dolor artificial, que no desemboca en ninguno de los sentimientos mencionados. Es más una mezcla de rabia y frustración la que se puede llegar a provocar, sin que salga nada digno de leer de ahí.
Papá era un romántico de los pies a la cabeza, pero no un romántico de esos que asociamos al amor, sino un romántico del romanticismo literario puro del siglo XIX, de esos que se revolcaban egoístamente en su propia mierda mientras se metían mierda también por cualquier lado. Yo siempre quise acercarme a una vertiente más social, a una escritura que sirviera a cualquiera, hablar de problemas, inquietudes, dudas universales, mas no logré desprenderme de la turbia influencia que papá dejó en mí.
Papá me enseñó a moverme por los ambientes más bohemios de Madrid. Me enseñó a no avergonzarme de su nombre, del apellido que tenemos en común. Todos los que frecuentan esas tascas (papá prefería llamarlos cafés) lo conocen, y me es imposible deshacerme de su sombra. He aprendido a convivir con ello, aunque sigo sin entender a qué se debe tanta admiración por él.
Papá era egoísta, egoísta como sus textos, fueran prosa, fueran verso.
Ingenuos… Vosotros no conocéis a papá.
Papá era un romántico de los pies a la cabeza, pero no un romántico de esos que asociamos al amor, sino un romántico del romanticismo literario puro del siglo XIX, de esos que se revolcaban egoístamente en su propia mierda mientras se metían mierda también por cualquier lado. Yo siempre quise acercarme a una vertiente más social, a una escritura que sirviera a cualquiera, hablar de problemas, inquietudes, dudas universales, mas no logré desprenderme de la turbia influencia que papá dejó en mí.
Papá me enseñó a moverme por los ambientes más bohemios de Madrid. Me enseñó a no avergonzarme de su nombre, del apellido que tenemos en común. Todos los que frecuentan esas tascas (papá prefería llamarlos cafés) lo conocen, y me es imposible deshacerme de su sombra. He aprendido a convivir con ello, aunque sigo sin entender a qué se debe tanta admiración por él.
Papá era egoísta, egoísta como sus textos, fueran prosa, fueran verso.
Ingenuos… Vosotros no conocéis a papá.
14 junio, 2010
COSAS
Y ahora que estoy oficialmente de vacaciones, no sale el sol. ¡No sale el sol! Eso significa quedarse más tiempo de lo deseado en casa, lo que a su vez conlleva discutir más con ama. Hoy ya llevamos como una docena de gritos y cuarenta malas caras. Y cuando me decido a pasar de todo y dejar correr el aire, mi pasividad la molesta aún más. Con esta mujer no hay quién acierte y yo ya rozo la desesperación.
Por lo demás, me siento ligera y libre. Ligera en el sentido de que se acabó el cargar con libros y cuadernos de un lado para otro; libre en el sentido de que de ahora en adelante seré yo la que decida qué es útil y qué no, qué merece la pena guardar en mi cabeza y qué no. Hice la selectividad la semana pasada y también mis exámenes del first. Dos pájaros de un tiro. Ahora a esperar resultados para empezar a mirar universidades, alojamiento y todas esas cosas de las que no pienso escribir hoy.
Para celebrar el fin de exámenes, el viernes fuimos a Bilbao al teatro. Disfrutamos de una adaptación de La casa de Bernarda Alba, de Federico García Lorca, diferente donde las haya. Fue protagonizada por un grupo de mujeres gitanas sin alfabetizar y, sinceramente, me encantó. Me reí y me emocioné, todo a la vez. Y la música preciosa. Y la iluminación buena también.
Por lo demás, me siento ligera y libre. Ligera en el sentido de que se acabó el cargar con libros y cuadernos de un lado para otro; libre en el sentido de que de ahora en adelante seré yo la que decida qué es útil y qué no, qué merece la pena guardar en mi cabeza y qué no. Hice la selectividad la semana pasada y también mis exámenes del first. Dos pájaros de un tiro. Ahora a esperar resultados para empezar a mirar universidades, alojamiento y todas esas cosas de las que no pienso escribir hoy.
Para celebrar el fin de exámenes, el viernes fuimos a Bilbao al teatro. Disfrutamos de una adaptación de La casa de Bernarda Alba, de Federico García Lorca, diferente donde las haya. Fue protagonizada por un grupo de mujeres gitanas sin alfabetizar y, sinceramente, me encantó. Me reí y me emocioné, todo a la vez. Y la música preciosa. Y la iluminación buena también.
El sábado ya llegó la celebración oficial de la libertad, con una juerga que acabó digamos que muy tarde. O muy temprano, según por dónde se mire. Risas, más risas y alguna que otra foto, que no se yo si serán publicables.
Llega el domingo, seis de la tarde. Ambiente tenso en el bar: la Real Sociedad sale al campo a jugarse su ascenso a primera división. Nervios, gritos, goles, el txuri urdin, alegría, aplausos y un calimocho para celebrarlo. AURTEN BAI! Volvemos a donde merecemos estar.
25 mayo, 2010
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